Rebusco en los bolsillos,
un puñado de jotas, de zetas, de eses sinuosas.
¿Y si cambiara la e por una a?
raro sería que Grecia fuera Gracia,
que reto fuera rato,
que seco fuera saco.
Pero... sigamos con el juego:
Apilemos los apios,
cenemos zanahorias,
tomemos (prestados) los tomates.
Y en el almacén de almendras,
las columnas de letras desfilando.
El desorden se impone en la mañana gris.
Esquivando gorgojos, agradecidos grajos
de pecho ennegrecido picotean las aes y devoran las ges
entre sordos graznidos.
3 comentarios:
Y entonces...a ver qué quedó en mi haber.
Saludos
Mar
Oh. Tomaré mis grageas agredecida :)
LadyB
(Me ha venido a la memoria cómo en una ocasión una amiga me explicaba sus "ablaciones" de todos los sábados. Y lo fascinada que me quedé contemplando cuántos trozos le quedaban todavía)
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