lunes, mayo 14, 2007

Centauro blanco

Miro y no veo.

Se refugia en la nieve mi yegua blanca,
rumor quebradizo,
casco escarchado.

Riman viento e insecto con melódico sueño,
en el límite exacto
donde vibra mi ser.

Incandescente el belfo;
delator que genera el riachuelo
donde abrevaré manso.

Presidiré tu fuego,
la ambición de tus ancas
y engastado mi cuerpo
en tu grupa rebelde,
centauro blanco somos.
Jirones de nieve,
sol en la entraña,
galopamos,
atravesando el vórtice del raciocinio,
rampantes, coceando;
y al fin el mar,
denso espejo,
fulgurante armonía.

Imagen: Protesilao e Laodamia.
Autor: Carlo Adelio Galimberti