viernes, enero 01, 2010

Autorretrato con la muerte tocando el violín




Gravita sobre Böcklin
la parca violinista;
prisionera del gesto,
incitando al suicidio,
su sonrisa no miente.
Le sigue y le persigue
con seda y terciopelo,
con música vibrante.

Ese hombre valiente
la captura en su lienzo.
Se acongoja la dama
y pretende que el arco
se transforme en guadaña.

Átropos, la que cercena vidas,
hoy sólo acierta a ejecutar
el réquiem de sí misma.

El que agoró el peligro
sabe que ahora, la muerte desespera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Todavia vivo viejo amigo!creo que ya te lo escuche hace mas de cien años cuando juntos jugabamos a sobrevivir entre montañas de basura. Me alegra tu vuelta.

Molloi dijo...

Mi querídísimo J., sé que eres tú, tengo muchas cosas que contarte. He perdido tu teléfono y tu e-mail. Escríbe aquí tu correo electrónico. Tranquilo, nadie lo leerá sólo yo.