Con el estruendo del acero,
en la
vertiente
más abrupta,
truncó tus sueños y los míos.
Frenesí displicente,
angosta
paradoja;
Se cumplen las promesas,
se cierran esperanzas.
De resplandor brutal, guadaña fiera.
Con el rostro certero al aguijón.
Baluarte endeble fué, su risa loca.
Sonó la puerta fria como un disparo;
roela deslumbrante,
ojos silentes.